jueves, 2 de abril de 2009

¡NO TOQUES A MI REINA!!





Hoy todos los periódicos españoles coincidían en un titular: Michelle Obama, primera dama estadounidense rompió supuestamente con el protocolo británico: ¡prohibido tocar a la reina!!!

57 años han pasado sin que nadie se haya atrevido a hacerlo en acto protocolar.

¡Madre mía!!! Atreverse a ser humanos!!!

¡Dios!!! Una muestra de afecto o confianza o admiración o cordialidad. Desde Buckingham se explicó que la reina podía hacerlo y la respuesta de la primera dama norteamericana fue inmediata.

No hay más que ver los videos. Ya habían estado juntas antes de aparecer ante la prensa y seguramente la reina (que según el Times fue la primera en iniciar el abrazo "antiprotocolo")
ya había simpatizado con la primera dama americana y disfrutado de la empatía nacida entre ambas.

The Times habló de touching moment, El País en España habló de "relajo del protocolo americano"

Esta expresión da mucho más juego desde el inglés y puede interpretarse como muestra de afecto, cordialidad, momento especial.

Ni Inglaterra ni EEUU se sintieron molestos por lo que presenciaron, todo lo contrario. Es lógico, tienen siglos compartidos con idénticas raíces.
EFE si ha utilizado el sarcasmo al hablar del tema:
"¿Que será lo siguiente? -se preguntaba el comentarista- A lo mejor a Michelle Obama le da por invitar a la Reina a un pícnic en la playa. ¿Otra alita de pollo picante, Su Majestad?"

El periodismo español lo descalificó (?!), me pregunto con qué derecho.
Pero....
¡Eureka!!!
¡Qué suerte!!
La prensa española también encontró un CULPABLE!!, la primera dama estadounidense claro, porque ha sido la última en entrar a escena en el teatro de la política mundial.

Quiero pensar que entre los periodistas no hay quien traduzca con más exactitud. O quizás las fuentes de información no fueron fidedignas.
Se perdieron en este caso las formas correctas, se plasmó la "noticia" como grave y a mi juicio desproporcionada.
¿O es que últimamente sólo utiliza el recurso de la ofensa para lograr su objetivo periodístico?

Como simple observadora de lo que pasa en este mi mundo, aplaudo esta muestra de flexibilidad en el saber estar protocolar y rechazo desde ya el despropósito de la crítica encallecida que atonta al ser humano encasillándolo en una cárcel de normas rígidas.


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