
Según lo expresaban allí el próximo objetivo que se marcaba dicha fundación era quitar la estigmatización que pesa aún sobre los enfermos mentales y su integración social.
Ese era también el espíritu que debía destacarse en los relatos breves que se presentaran al concurso que habían organizado, cuyo plazo de cierre era ese mismo fin de semana.
Constituirían el Jurado del Concurso, autoridades de centros especializados en el área de la Salud Mental, destacados escritores premiados en el Campo Literario y representantes de la propia Feafes.
Lo recaudado con la venta de la publicación se destinaría a la consecución de su proyecto.

Me enamoré del tema y me aboqué a escribir un relato breve en tres días sin tener la certeza de lo que saldría.
Elegí el tema de la esquizofrenia.
Un día me comunicaron que mi relato había sido seleccionado.
Di mi consentimiento y cedí los derechos para que el material fuese utilizado como lo consideraran conveniente.

Lo comento porque aunque juguemos con la escritura, el producto final contiene toda la ilusión, el esmero y la dedicación que hemos puesto en ello. Lo reconoceríamos entre miles de trabajos escritos porque sabemos por qué y cómo lo hemos realizado.
Le tenemos cariño porque es nuestro aunque nunca sea considerado un best-seller.
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